*Crónica ficticia*
Hace ocho meses y cuatro días, el Gobierno ruso ordenó
invadir Ucrania. Desde entonces, el pueblo ucraniano ha estado envuelto en
ataques, bombardeos, muertes, desapariciones… Pero hoy parece que ha llegado el
día. Rusia ha anunciado que su ejército abandona la ya devastada Ucrania. Se
marcha, pero sin dar explicaciones ni argumentos, lo hace así porque sí.
Por fin ocurre lo inesperado, pero a la vez lo que tantos esperábamos.
Hoy Ucrania se levantaba siendo, aparentemente, un día “normal” como los que se
llevan dando desde el pasado febrero. Parecía ser un día de esos, pero hoy el
pueblo ucraniano se ha despertado con lo que para (casi) todos es una increíble
noticia, y digo increíble porque aquí nadie se lo puede creer todavía.
Mientras tanto, el gobierno de Putin no ha vuelto a dar
señales de vida. Sobre las nueve de esta mañana, se ha anunciado en un
comunicado la retirada del ejército ruso de territorio ucraniano, y ahí lo han
dejado. No tenemos más noticias, por lo que podría ser perfectamente uno de esos
engaños que los ucranianos ya han tenido que creer en otras ocasiones, pero en
el ambiente se puede respirar algo distinto.
Paseando por las calles (porque ahora sí que se puede pasear) se respira
alegría, tranquilidad y sobre todo, satisfacción por parte de un pueblo que
sabe que ha luchado hasta el final por defenderse, y no sólo por eso, sino por
haber demostrado la fuerza y la unidad de un pueblo. Y no es que se les hayan
agotado las fuerzas, los ucranianos son ahora más fuertes que nunca.
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